Operaciones de estética tras la maternidad. Este es siempre un gran debate del que hablar con amigas y amigos. Y un debate que se abre ahora más que nunca después de la maternidad.
Soy partidaria de abrazar los defectos, de sentirse bien con uno mismo, de quitarte de encima los complejos porque sí… Hasta hace poco (bueno, desde que he tenido a la segunda hija) era partidaria de intentarlo todo para que una se sintiera bien consigo misma sin pasar por el quirófano: dieta, ejercicio, coach, terapias, vida sana…. Ojo hablo de operaciones de cirugía estética siempre al margen de enfermedades que conllevan después una reconstrucción mamaria, la reconstrucción de cicatrices, señales de accidentes, etc.
Los años van pasando. Ayyy benditos 30… En esta década cada año tenemos un aprendizaje: que si ahora cenando un yogur ya no adelgazo, que me cuesta mucho encontrar mi tiempo y hacer deporte, que los años no pasan en balde, que me tengo que cuidar 100 veces más para conseguir la mitad que antes, que no sé por qué guardo esos pantalones de hace tantos años si no voy a caber ahí dentro nunca más… Estas son conversaciones que han surgido miles de veces en cenas de confidencias con amigas y amigos, ojo, que esto no es cosa solo de mujeres. Que a ellos también les cuesta adelgazar, la grasa se les va donde no toca y el pelo… les dice bye bye.
Lo que me ha hecho cambiar de opinión ha sido principalmente la maternidad, ¡¡madre mía la maternidad!! Si los años dejan mella ya no te digo los embarazos, las lactancias… Personalmente aquí sí que es cuando mi opinión ha cambiado respecto a las cirugías. Y por lo que hablo con profesionales de clínicas de cirugía estética es un momento clave en el que la necesidad de verse bien se incrementa exponencialmente. Es tal el cambio físico que entiendo perfectamente a las demás mamás conocidas que me comentaban justo lo que yo opino a fecha de hoy y las tachaba de exageradas y acomplejadas… Desde aquí, ¡lo siento chicas! Teníais razón. Ahora que lo estoy viviendo en mis carnes arrastrando dos embarazos muy seguidos de los que no me ha dado tiempo a recuperarme, dos lactancias y otros kilos de más la opinión cambia y empiezas a ver que la mejor opción para volver a ser quien tú eras es pasar por una clínica de cirugía estética y considerar opciones como la elevación de mamas, la liposucción, la cirugía de abdomen…
En mi entorno hay valientes que no lo han dudado ni un momento. Preferían vivir sin complejos y verse bien en el espejo con una operación y una recuperación que estar toda la vida viendo cómo el cuerpo coge una dirección que no te apetece o al menos no todavía. Amigas se han hecho reducciones de pecho, aumentos, lipos y oye, están encantadas.
¿Te ha ocurrido lo mismo?, ¿consideras la cirugía estética una gran aliada tras la maternidad para volver a verte como antes o abrazas tu imagen sin problema y quedarte como estás?