De maletas, viajes y mala pata

Ante un pequeño intento de morirme entre apuntes, trabajo y llamadas… conseguí irme de viaje a Praga durante el puente de mayo…

En la web de Elle tenemos el reportaje A cada destino su maleta: cómo hacer maletas bien hechas para cada destino…

TENGO QUE APRENDER, si no… pasen y vean mis desventuras turísticas de estas últimas semanas:

Viaje a Praga – 3 días – maleta pequeña.
Problema: ¿sólo he traído esto? me quedé muy muy corta de prendas, descoordinada y, más que nada, por la jugarreta que me hizo el clima…
Llevaba 3 pantalones (uno puesto), 4 camisetas, 3 rebecas, ropa interior, unas manoletinas, (deportivas puestas) y el neceser que ocupaba casi la mitad. Pues bien, cayó un sol infernal durante los 3 días hasta que decidí ir monísima de la muerte la última noche que era el cumpleaños de mi novio con mi camiseta de lentejuelas, mis denim negros y las manoletinas… cuando empezó a diluviar de mala manera durante unos 20 minutos mientras llegábamos, a pie, al restaurante y sin paraguas….
Resultado: mojada como un pato, manoletinas (calidad Zara) encharcadas y empapadas, calcetines en la papelera del baño del restaurante, pelo…. no era pelo, abrigo perfecto para lavar y tender.

Y para ahogar el estrés laboral y académico que me proporciona mi gratificante ocupación diaria… el fin de semana pasado nos regalamos una pequeña escapadita antiestrés a un hotelito de la Costa Brava, La Malcontenta (muy muy recomendado)… y ni corta ni perezosa me llevé medio armario llenando la minimaleta de bikinis, toallas, sandalias, chanclas, shorts y la ropa para el día siguiente y de ‘trote’ para la excursión y la bicicleta…. Nos despertamos cubiertos por una capa gruesísima de nuves negras y un mensaje en el móvil diciéndome que había sido tía… WOOWWW qué ilusión!! Antes de volver a conocer al pequeñín, quisimos aprovechar la mañana yendo en bicicleta hasta la playa desde el hotel con miedo de que nos pillara la lluvia pero… al llegar ¡SORPRESA! salió el sol, el bikini en la maleta, yo con el zapato más incómodo que encontré con toda la playa dentro y todo para que a la vuelta se rompiera la cadena de la bici y nos quedáramos perdidos de grasa…

Volvimos a Barcelona, maleta casi por abrir, a ver a mi sobrinito precioso que nos esperaba dormidito en el hospital… y yo, hecha un trapo…

Tomo nota del reportaje, ya ha quedado claro que lo mío no es ni hacer listas ni tener claro lo que necesito o no llevarme de viaje…